Todo el mundo, cuando empieza a tocar, busca crear su propio estilo y, por ende, su propio sonido. Pero, a menudo, debido a la falta de una guÃa profesional o a consejos a medias, terminamos tratando de definir el sonido en base al equipo: que si es de cierta marca, con tal amplificador, pastillas, pedales o ecualización.
Conforme vamos avanzando y aprendiendo, intentamos añadir capas a ese sonido, combinándolo con escalas, afinaciones, técnicas, etc.
Sin embargo, a veces en esa búsqueda nos perdemos. Ya sea porque se nos olvida, se pierde el interés o simplemente porque no se consigue o se logra a medias.
En lo personal, ya ni me preocupo tanto por eso. Me he dado cuenta de que, al momento de escribir, incluso con espacios en blanco en donde no sé qué hacer o qué escala meter, he logrado resolverlo. Tal vez no de la mejor manera, pero llenar esos huecos ha hecho que mi próxima obra o interpretación tenga algo adicional.
Al final del dÃa, la música es el lenguaje universal que todo el mundo capta por naturaleza. Y, al igual que cuando aprendimos de niños nuestra lengua materna, no nacimos hablando. Hubo un proceso: primero escuchamos, luego balbuceamos, después articulamos palabras y frases incorrectas, y más tarde avanzamos a expresarnos con mayor complejidad hasta generar nuestra forma de hablar. Incluso ya hablando correctamente, al crecer y definir nuestra identidad, nuestra manera de expresarnos se amoldó en base a nuestra sociedad, amistades y lo que consumimos: lenguaje, libros, pelÃculas, cómics, música, etc.
En la música el proceso es más complejo porque no todo el mundo tiene nuestros mismos gustos, y mucho menos saben sobre ejecución musical. Sin embargo, se puede interiorizar la música de manera similar al lenguaje: aunque no sepamos las reglas gramaticales, hablamos de forma comprensible. En la música puede ocurrir lo mismo, aunque el proceso toma muchos años, por lo que aprender algo de teorÃa siempre ayuda a acelerarlo.
Pero recuerda: de nada sirve la teorÃa si no la desarrollas. Incluso con teorÃa, tu sonido puede sonar incompleto. Eso se debe a que tu sonido depende más de lo que logres transmitir con tu estilo que de lo que puedas tocar. La intensidad, el sentimiento y tu manera de interpretar harán la diferencia.
Algo que me ayudó muchÃsimo fue una entrevista en la que un guitarrista decÃa que la mayorÃa, al quitarles la base a su solo (es decir, que solo se escuchara la guitarra), perdÃan sentido. El cambio no se sentÃa como cuando pasas de un acorde a otro. Por eso él, al armar su solo, buscaba que el cambio también se percibiera dentro del mismo, acentuando las notas que definen el acorde. AsÃ, el solo tiene sentido propio y, al añadirse los demás instrumentos, el sonido se acentúa y transmite de manera más clara.
La clave para lograr tu estilo es no parar. Al igual que con el lenguaje, cambiar tu entorno o sumergirte más en él ayuda bastante. Sigue aprendiendo y, si conoces a alguien con más experiencia, nunca está de más pedir un consejo.
Pero, sobre todo, no olvides: